26 mayo, 2022

Cables submarinos para detectar terremotos

Varias investigaciones han demostrado que los grandes cables de comunicación óptica submarinos, utilizados hoy en día para transmitir datos, se pueden utilizar como sensores para vigilar la actividad sísmica y otros problemas en el fondo marino. Sin embargo, las técnicas existentes presentan limitaciones en cuanto a resolución espacial y sensibilidad, ya que toda la longitud de un cable (que puede medir muchos kilómetros) actúa como un único sensor.
Ahora, un grupo internacional de científicos liderados desde el National Physical Laboratory (NPL) de Reino Unido ha desarrollado un método que convierte un cable óptico largo en muchos sensores individuales que son capaces de registrar perturbaciones a su alrededor. De estas forma se pueden detectar y caracterizar mejor las vibraciones sísmicas submarinas y las corrientes oceánicas, según el estudio que publican en Science.
Utilizando tecnología láser y realizando mediciones interferométricas en el extremo del cable, la técnica consiste en aprovechar los datos que llegan de sus numerosos repetidores (utilizados para amplificar las señales ópticas) y unas fibras especiales que los conectan.
Los operadores de estas largas conexiones transoceánicas utilizan las vías de retorno para supervisar periódicamente el estado de sus amplificadores ópticos. Las comprobaciones se suelen realizar de forma programada o en caso de avería, por lo que la mayor parte del tiempo estos canales quedan inutilizados y se podrían utilizar para la función que proponen los autores.
Unos investigadores probaron su método en un enlace submarino de fibra óptica de 5.860 km de longitud que discurre entre el Reino Unido y Canadá, con repetidores aproximadamente cada 46 km. Hicieron las pruebas con algunos de ellos y lograron detectar varios movimientos sísmicos y corrientes oceánicas a lo largo del cable.
En concreto, localizaron el terremoto de magnitud 7,5 que sacudió el norte de Perú –a miles de kilómetros de distancia– el 28 de noviembre de 2021, y otro de magnitud 7,3 en el mar de Flores (Indonesia) el mes siguiente, el 14 de diciembre.
“Por ahora los terremotos y las corrientes son las principales aplicaciones”, confirma un científico del NPL, “sin embargo, aunque todavía no lo hemos demostrado, la nueva técnica podría utilizarse en los sistemas de alerta de tsunamis y, posiblemente, para cartografiar las variaciones de la temperatura del fondo marino, lo que tiene implicaciones para el calentamiento global”.
Los autores reconocen que otras técnicas, como la detección acústica distribuida (DAS), utilizada hace poco en Canarias, también ofrecen una alta sensibilidad y resolución espacial como sensores ambientales, pero es un enfoque limitado a zonas costeras de hasta 100 km de la costa debido a la atenuación de la señal.



 

FUENTE: ambientum.com

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