28 noviembre, 2016

España se vuelca en la caza de la basura espacial

Desde el lanzamiento del primer Sputnik, el 4 de octubre de 1957, otros varios miles de cohetes, satélites y sondas han sido enviados al espacio y han acabado su vida útil. Sirvieron en misiones científicas, ayudaron a predecir el tiempo, comunicaron a los hombres e incluso participaron en la caza y captura de algunos de los terroristas más buscados. Ahora, sin embargo, son basura peligrosa. Muchas veces los artefactos han colisionado, han estallado o han sido explosionados desde tierra convirtiéndose en pura metralla en órbita. Y forman una nube de millones de residuos espaciales generados por el hombre que envuelve la tierra. Hay escombros más grandes que autobuses y otros diminutos que corren más rápido que las balas. Pueden alcanzar una velocidad de 10 kilómetros por segundo y cuando impactan, causan destrozos impredecibles.Dentro de lo que cabe, de momento, ha habido bastante suerte. El accidente más aparatoso del que hay constancia tuvo lugar a 788 kilómetros sobre el cielo de Siberia en 2009. Un satélite ruso ya difunto, el Kosmos 2251, de 900 kilos, chocó con otro activo, el estadounidense Iridium 33, que pesaba 690, sembrando la órbita baja de más de 600 cascotes. La Estación Espacial Internacional (ISS) también ha protagonizado un par de sustos, e incluso ha evacuado a su tripulación, por culpa de basura espacial que no pudo ser detectada con anticipación. El último episodio todavía tuvo lugar el pasado mayo: un minúsculo fragmento de pintura desprendida de algún viejo artilugio abrió una grieta en una de las ventanas de la cúpula de la ISS.Hasta hace una década, lastrados por la inacción de algunos países que preferían mirar hacia otro lado y obviar el problema global del que alertó la ONU, no se tomaron demasiadas medidas. Pero la cuestión se ha vuelto tan grave que, en el caso de Europa, se están promoviendo varias iniciativas en las que España ocupará un lugar estratégico entre finales de 2017 y 2018. Un observatorio láser de la Armada (dirigido por un capitán de navío) ha empezado a transformarse para poder localizar escombro espacial no solo de grandes dimensiones sino también fragmentos de 20 o 30 centímetros, aunque el tamaño mínimo que se alcance todavía está por determinar.

1 comentario:

  1. No sólo llenamos de basura la superficie de nuestro planeta sino que la esparcimos alrededor de él. No escarmentamos, ¿verdad Irene?

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