EL MISTERIO
SOBRE EL ENFRIAMIENTO DEL PLANETA URANO
Urano es un planeta único en el Sistema Solar, y su comportamiento sigue sorprendiendo a los científicos. A diferencia del resto, su eje de rotación está inclinado 98 grados, como si estuviera «volcado de lado». Además, gira en dirección opuesta a la mayoría de los planetas, lo que probablemente se deba a una antigua colisión.
Pero lo que más
intriga es su atmósfera superior, qué está experimentando un enfriamiento
extraño y único.
La termosfera de Urano, una
región a más de 50 000 kilómetros de su superficie, solía tener temperaturas
superiores a los 500 °C. Sin embargo, desde que la sonda Voyager 2 pasó por
Urano en 1986, los científicos han registrado un descenso continuo en su temperatura,
que ahora es la mitad de lo que era. Este cambio no se ha observado en ningún
otro planeta, lo que deja a los astrónomos desconcertados.
Para medir la temperatura, los
científicos usan los iones H3+ en la ionosfera de Urano. Estos iones emiten luz
en el infrarrojo cercano, lo que permite estudiar la termosfera desde
telescopios en la Tierra. Aunque inicialmente se pensó que los cambios podrían
estar relacionados con las estaciones de Urano o el ciclo solar de 11 años, los
datos no encajaban.
Un estudio reciente, publicado
en Geophysical Review Letters y liderado por el Dr. Adam Masters
del Imperial College, encontró una posible explicación: el viento solar. Este
flujo de partículas cargadas que proviene del Sol parece estar influyendo
directamente en la termosfera de Urano. A medida que la presión del viento
solar ha disminuido desde 1990, también lo ha hecho la temperatura de la
atmósfera superior del planeta. Esto sugiere que, a diferencia de la Tierra,
donde la luz del Sol regula la temperatura, en Urano es el viento solar quien
manda.
Urano está a unos 3 mil millones de kilómetros del Sol, mucho más lejos que la Tierra. La cantidad de luz solar que llega a su superficie es mínima, lo que explica por qué los fotones no pueden calentar su atmósfera. En cambio, su magnetosfera, que actúa como un escudo, se ha expandido debido a la disminución del viento solar, dificultando que este llegue al planeta. Este cambio en el flujo de energía parece ser responsable del enfriamiento observado.
Este descubrimiento es
relevante no solo para entender Urano, sino también para estudiar exoplanetas
en otros sistemas estelares. Los investigadores creen que planetas con
magnetosferas grandes y lejos de su estrella podrían experimentar un
comportamiento similar, con el viento estelar regulando sus atmósferas
superiores. Esto podría influir en cómo identificamos mundos habitables y
estudiamos sus características.
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