04 diciembre, 2024

Nuevas imágenes del Telescopio James Webb

 Nuevas imágenes del Telescopio Espacial James Webb han revelado detalles fascinantes del universo. Una de las imágenes más impresionantes muestra la galaxia del Sombrero (Messier 104), capturada en el infrarrojo medio por el instrumento MIRI. Esta imagen muestra un disco interno suave y detallado, así como grumos intrincados en el anillo exterior de la galaxia. Los científicos han detectado moléculas de hidrocarburos aromáticos policíclicos, lo que sugiere la presencia de regiones jóvenes de formación estelar.

Estas imágenes no solo son visualmente impresionantes, sino que también proporcionan información valiosa sobre la distribución del polvo y la formación de estrellas en el universo. Las observaciones realizadas por el James Webb están revolucionando nuestra comprensión del cosmos, ofreciendo detalles sin precedentes de galaxias, estrellas y otros fenómenos celestiales. Este avance tecnológico está permitiendo a los astrónomos estudiar el universo con una claridad y profundidad nunca antes alcanzadas.











Poniendo el "Bang" al Big Bang


Científicos del MIT han propuesto una fase intermedia llamada "reheating" que podría haber ocurrido entre el Periodo de Inflación y el Big Bang. Durante esta fase, la materia fría y homogénea del universo inflacionario se transformó en una sopa ultracaliente y compleja, preparando las condiciones para el Big Bang. Utilizando simulaciones detalladas, los investigadores mostraron cómo la energía extrema del periodo de inflación podría haberse redistribuido rápidamente, creando las condiciones necesarias para el inicio del Big Bang. Esta fase "reheating" ayuda a conectar de manera continua y coherente los procesos del universo temprano.


01 diciembre, 2024

EL MISTERIO SOBRE EL ENFRIAMIENTO DEL PLANETA URANO

 

EL MISTERIO SOBRE EL ENFRIAMIENTO DEL PLANETA URANO



    Urano es un planeta único en el Sistema Solar, y su comportamiento sigue sorprendiendo a los científicos. A diferencia del resto, su eje de rotación está inclinado 98 grados, como si estuviera «volcado de lado». Además, gira en dirección opuesta a la mayoría de los planetas, lo que probablemente se deba a una antigua colisión. 

Pero lo que más intriga es su atmósfera superior, qué está experimentando un enfriamiento extraño y único.

    La termosfera de Urano, una región a más de 50 000 kilómetros de su superficie, solía tener temperaturas superiores a los 500 °C. Sin embargo, desde que la sonda Voyager 2 pasó por Urano en 1986, los científicos han registrado un descenso continuo en su temperatura, que ahora es la mitad de lo que era. Este cambio no se ha observado en ningún otro planeta, lo que deja a los astrónomos desconcertados.

    Para medir la temperatura, los científicos usan los iones H3+ en la ionosfera de Urano. Estos iones emiten luz en el infrarrojo cercano, lo que permite estudiar la termosfera desde telescopios en la Tierra. Aunque inicialmente se pensó que los cambios podrían estar relacionados con las estaciones de Urano o el ciclo solar de 11 años, los datos no encajaban.

    Un estudio reciente, publicado en Geophysical Review Letters  y liderado por el Dr. Adam Masters del Imperial College, encontró una posible explicación: el viento solar. Este flujo de partículas cargadas que proviene del Sol parece estar influyendo directamente en la termosfera de Urano. A medida que la presión del viento solar ha disminuido desde 1990, también lo ha hecho la temperatura de la atmósfera superior del planeta. Esto sugiere que, a diferencia de la Tierra, donde la luz del Sol regula la temperatura, en Urano es el viento solar quien manda.

    Urano está a unos 3 mil millones de kilómetros del Sol, mucho más lejos que la Tierra. La cantidad de luz solar que llega a su superficie es mínima, lo que explica por qué los fotones no pueden calentar su atmósfera. En cambio, su magnetosfera, que actúa como un escudo, se ha expandido debido a la disminución del viento solar, dificultando que este llegue al planeta. Este cambio en el flujo de energía parece ser responsable del enfriamiento observado.

    Este descubrimiento es relevante no solo para entender Urano, sino también para estudiar exoplanetas en otros sistemas estelares. Los investigadores creen que planetas con magnetosferas grandes y lejos de su estrella podrían experimentar un comportamiento similar, con el viento estelar regulando sus atmósferas superiores. Esto podría influir en cómo identificamos mundos habitables y estudiamos sus características.